Al abrir una cuenta de valores para invertir en bolsa deberás asumir una serie de gastos y comisiones. Derivados por un lado de los propios gastos del mercado bursátil, y por otro de las comisiones aplicadas por el bróker o entidad intermediaria.
Estas son las principales comisiones de una cuenta de valores:
- Comisión de custodia y administración: esta es la comisión aplicada por el bróker o entidad intermediaria por el mantenimiento de los activos. Equivalen a las comisiones que cobran los bancos tradicionales por el mantenimiento de una cuenta corriente.
- Comisión de compra-venta de valores: esta comisión está asociada a los costes relacionados con la recepción y la ejecución de una orden en el mercado de valores. Es decir, con un proceso de compra o venta de activos.
- Canon de Bolsa: se trata de una comisión por acceder al mercado de valores, que variará en función de la cantidad de una operación.
- Canon de Iberclear: es la comisión por la compensación y liquidación de valores.
En cuanto a las comisiones asociadas a los brókeres, cada bróker puede fijar sus comisiones con total libertad. Ya sea mediante una tarifa fija o porcentual, aunque lo más normal es que las comisiones se calculen aplicando un tanto por ciento al importe de la operación o sobre el valor de los activos.
Por ello, antes de abrir la cartera de valores es importante revisar las condiciones de cada bróker o entidad intermediaria, ya que los gastos pueden variar enormemente entre uno y otro.
Todos los agentes de bolsa acreditados están obligados a remitir un folleto con las tarifas máximas aplicables a sus servicios al Banco de España si se trata de entidades de crédito, o a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Si se trata de un bróker o una entidad que actúe como mediador, a dichas empresas se les conoce como Empresa de Servicios de Inversión (ESI).
FUENTE: BNEXT