Aunque en función de cada bróker y de los términos que utilicen podremos encontrar diferentes tipos, la realidad es que únicamente existen dos tipos de cuentas de valores:
- Cuentas individuales: se trata de una cuenta asociada a una sola persona física y jurídica, cuya gestión de las operaciones está a su cargo.
- Cuentas ómnibus: este tipo de cuentas permiten operar hasta un máximo de 15 personas, lo que supone un importante ahorro de costes. Están destinadas a grupos de empresas, familiares y/o amigos.
Factores a tener en cuenta al abrir una cuenta de valores
Cuando vayas a abrir una cuenta de valores, deberás prestar atención a una serie de factores para escoger la que te ofrezca mejor relación calidad-precio y fijarte en las comisiones, que resultan clave a la hora de elegir entre las opciones disponibles.
Principalmente, diferenciaremos entre:
- Cuenta de valores a corto plazo:
Si quieres hacer inversiones a corto plazo y realizar múltiples operaciones, necesitarás una cuenta cuyos gastos de compra-venta no sean demasiado elevados, ya que de lo contrario se reducirá la rentabilidad de cada operación.
- Cuenta de valores a largo plazo:
Si por el contrario tu idea es mantener las acciones en la cuenta a largo plazo, con el objetivo de cobrar los dividendos o esperar a la revalorización de una empresa, y no piensas realizar un gran número de operaciones, lo más recomendable será una optar por una cuenta con unos gastos de custodia y de administración bajos y, a poder ser, sin comisiones por el cobro de dividendos, mientras que no importa que los gastos por operación de compra-venta sean más elevados.
FUENTE: BNEXT