Resulta curioso que uno de los términos más utilizados en el mundo de las finanzas, índice bursátil, no provenga de un reputado economista o reconocido inversor, sino de un periodista: Charles Henry Dow, también conocido por fundar el prestigioso Wall Street Journal.
Su invención se remonta a 1889, cuando aglutinó las nueve compañías norteamericanas que cotizaban en la Bolsa de Nueva York en lo que más tarde se conocería como Dow Jones Industrial Average. De aquella revelación de Henry Dow, y de su contexto, se pueden extraer muchas deducciones útiles para explicar qué es, para qué sirve o la evolución posterior del término hoy en día tan sumamente importante como índice bursátil.
¿Qué es un índice bursátil?
La propia definición de índice bursátil está incrustada en la historia de Henry Dow, ya que éste creó dicha herramienta para aglutinar de un vistazo la tendencia de todas las acciones que por aquel entonces cotizaban.
Así, una definición más actual de índice bursátil viene a ser una herramienta de referencia que usamos para tener una idea aproximada del valor de distintos activos, principalmente acciones, que tienen una característica común. En aquel momento, el apellido de ‘Industrial’ hacía una referencia obvia a que eran empresas de corte industrial. En la actualidad, todavía seguimos utilizando ese tipo de clasificaciones, aunque se han extendido, por ejemplo, a lugares geográficos concretos como países. Ibex 35 o S&P 500 son índices de acciones que tienen en común que cotizan en el mercado español o estadounidense.
¿Para qué sirven los índices bursátiles?
En principio, un índice bursátil sirve principalmente para analizar las variaciones en los precios de los valores de varias empresas rápidamente, sin necesidad de evaluar una por una. Así, obtendremos una idea general de la situación de dicho conjunto de valores en el mercado bursátil. Eso hace que sean muy utilizados por los gestores para llevar a cabo comparativas entre todos ellos y poder operar e invertir en función de los datos objeto de análisis.
De los índices bursátiles a los fondos indexados
Pese a que los índices bursátiles, como hemos visto, nacieron hace casi 150 años, la gran revolución que provocaron data de hace relativamente poco. Era 1974, cuando Paul Samuelson, un economista que ganó el premio Nobel, publicó un artículo que con el que estudiaba reducir drásticamente las comisiones que hasta entonces cobraban los gestores de Bolsa. Samuelson argumentó que la mejor manera de hacerlo era siguiendo algún índice establecido.
En ese momento, Samuelson quizás no era consciente de lo que acababa de crear. Tampoco el resto de los académicos o financieros hasta la llegada de John Bogle. Bogle cogió el testigo teórico de Samuelson para llevarlo a la práctica. Algunos años después nació Vanguard y el primer fondo indexado de la historia, un producto de inversión que simplemente replicaba al S&P 500.
Por qué son importantes los fondos indexados
Aquello fue el nacimiento de la llamada gestión pasiva, que viene de invertir en productos que rastrean e imitan a un índice concreto, y que ha revolucionado el mundo de la inversión. Una transformación que también se ha llamado como democratización de la inversión, ya que ha permitido cristalizar el sueño de Samuelson. Esto es reducir drásticamente las comisiones por invertir, permitiendo que llegue a todo el mundo.
Ese, quizás, ha sido el mayor valor que ha generado la inversión pasiva y los fondos indexados. Aunque ni mucho menos es el único, ya que los fondos indexados presentan otras muchas ventajas para los inversores. A modo de resumen se pueden destacar:
- Son baratos
- Tienen un seguimiento sencillo
- Son fáciles de comprender
- No suelen operar a corto plazo
- Es un campo de gestión innovador y en auge
Fuente: www.inbestme.com